Para nadie es un secreto que hoy en día prácticamente todo rubro o actividad de negocio realiza un uso significativo, sino intensivo de tecnologías de la información y comunicación en sus operaciones diarias de negocio. En algunos casos llegando a ser esta parte del «core business» o núcleo fundamental del mismo.
No menos evidente ha sido para nosotros en nuestra práctica de servicio y profesional el ver que este recurso de tanto valor en la empresa y sus procesos tiene un manejo bastante informal. Por lo general, las empresas utilizan (en el mejor de los casos) un proveedor que les brinda soporte reactivo (cuando las cosas fallan) a requerimiento. En otros escenarios (el más común) se deja el manejo de la tecnología y la suerte de los sistemas en manos no expertas y poco confiables, «el muchacho del soporte» o un empleado que «sabe un poco» de eso.